Servicio, palabra lat. servitium ‘esclavitud, servidumbre’. está definido por el diccionario RAE (https://dle.rae.es/servicio?m=form), como 1. “Acción y efecto de servir” ó 7. “Favor que se hace a alguien”, entre muchas otras definiciones. Lamentablemente la acción de servir queda rezagada a un contexto meramente ordinario que pierde toda la riqueza de su verdadero significado.
El servicio siempre ha sido visto como una actitud sumisa típica de personas con baja autoestima o que siempre están viendo a los demás como superiores y por ello siempre deben estar al servicio de sus menesteres; cuando el concepto de su significado ha venido evolucionando a través de los tiempos, pues hoy en día escuchamos con mucha frecuencia que las mejores empresas han llegado a la cima gracias a su buen servicio y a la actitud de servicio de sus funcionarios. Más allá de que el servicio es una acción que realizamos en beneficio de otro, es en realidad una oportunidad única que nos ofrece la vida para enaltecer nuestra condición humana de seres pensantes, analíticos y sensibles ante la necesidad ajena. El servicio trae consigo una respuesta de satisfacción personal para quien la ejecuta, es sentirse por un momento como ese héroe que aparece de la nada a resolver algo a lo que otra persona no le veía solución. Los ojos brillan y se desarrolla un extraño estímulo en el cerebro de emoción, alegría y motivación. Parece que tus neuronas hicieron conexiones nuevas por lo que se abren nuevas rutas de soluciones a lo que hace 10 minutos no tenía salida.
Cuando esta actitud es bien adoptada bajo el concepto de satisfacción personal y es escalada a todos nuestros entornos, desde el familiar hasta el laboral y social, podemos hablar de que inicia un proceso donde las cosas fluyen con más rapidez y naturalidad, porque muchos de nuestros bloqueos mentales se encuentran en que nunca estamos dispuestos a servir a los demás.
Es cierto que debemos ser inteligentes y no perder la objetividad de esta conducta tan especial, que puede en todo caso exponernos al abuso de algunos maliciosos y que también debemos tener el carácter que se requiere para en determinado momento saber que se está pasando del servicio al abuso; esto es fácil notarlo ya que el sentimiento de satisfacción se ausenta y se empieza a convertir en algo parecido a la angustia o simplemente pérdida de un poco de nuestra tranquilidad.
Co todo esto lo que quiero expresar es que la actitud de servicio debe estar siempre presente en el desarrollo de una persona, debe ser motivada desde la educación recibida en casa y fortalecida en el entorno externo, pues por algo se dice que “EL QUE NO VIVE PARA SERVIR NO SIRVE PARA VIVIR”.
Viviana Muñoz
Dir. General de +Alcance